Prof. Lucía Rivero Liceo de Rosario Mi nombre es Lucía Rivero, soy docente de Historia desde el año 2007, y desde el 2009 trabajo en el Liceo AUIC, de la ciudad de Rosario, una localidad pequeña ubicada en el departamento de Colonia. Desde la disciplina que imparto aprendemos que la conquista de derechos para los grupos más vulnerables es producto de la lucha de personas que creen que merecen esos derechos y pelean por ellos. La mayoría de las veces luchando contra muchos prejuicios, sobre todo aquellos que por no estar en situación de vulnerabilidad nos hacen ver que esos derechos no se merecen. Los derechos conquistados por las personas sordas e hipoacúsicas en nuestro país, ha sido progresiva. En Educación Media, desde el año 1996, se desarrolla la experiencia para estudiantes sordos en primero, segundo y tercer año de Ciclo Básico en el Liceo 32; siendo extensivo al Liceo 35 a Bachillerato y Liceo 8 nocturno, así como también a varios departamentos del interior: Artigas, Salto, Rocha, Paysandú, Cerro Largo, Colonia, Montevideo, Tacuarembó y Maldonado. Nuestro país cuenta actualmente con un marco legislativo que ha ampliado estos derechos, desde la Ley Nº 18.651 de Protección integral de personas con discapacidad, hasta el actual Protocolo de actuación para la inclusión de personas con discapacidad en los centros educativos1. La Ley N° 18.651 establece “un sistema de protección integral a las personas con discapacidad, tendiente a asegurarles su atención médica, su educación, su rehabilitación física, psíquica, social, económica y profesional y su cobertura de seguridad social, así como otorgarles los beneficios, las prestaciones y estímulos que permitan neutralizar las desventajas que la discapacidad les provoca y les dé oportunidad, mediante su esfuerzo, de desempeñar en la comunidad un rol equivalente al que ejercen las demás personas.”2 Es esta una ley fundamental para garantizar el goce pleno de todos los derechos sin excepción alguna, sin distinción, ni discriminación. Refiriéndonos específicamente a lo educativo, y desde nuestro rol docente, en la carrera de formación, no contamos con preparación para enseñar a estudiantes sordos. Partimos de la base que la mayoría de los docentes desconocemos la Lengua de Señas Uruguaya (LSU), que desde el año 2001, y mediante la Ley 17.378, se la reconoce, como la lengua natural de las personas sordas en todo el territorio nacional, teniendo como “objeto la remoción de las barreras comunicacionales y así asegurar la equiparación de oportunidades para las personas sordas e hipoacúsicas”.3 Por lo tanto, este es un gran debe en la carrera docente, ya que cada vez la Educación Pública se vuelve más inclusiva. De acuerdo a la Ley General de Educación N°18.437, la educación es considerada un derecho humano fundamental; “El Estado garantizará y promoverá una educación de calidad para todos sus habitantes, a lo largo de toda la vida, facilitando la continuidad educativa”.4 “Los educadores como agentes de la educación deben formular sus objetivos y propuestas, y organizar los contenidos en función de los educandos, de cualquier edad.”5 El Estado brindará los apoyos específicos necesarios a aquellas personas y sectores en especial situación de vulnerabilidad, y actuará de forma de incluir a las personas y sectores discriminados cultural, económica o socialmente, a los efectos de que alcancen una real igualdad de oportunidades para el acceso, la permanencia y el logro de los aprendizajes.6 Los educandos de cualquier centro educativo tendrán derecho a recibir una educación de calidad, y contar con los apoyos educativos específicos y necesarios en caso de discapacidad o enfermedad que afecte su proceso de aprendizaje.7 Y es en este sentido cuando aparecen un sinnúmero de sentimientos encontrados, pues nos enfrentamos a un alumnado heterogéneo, con situaciones y problemáticas varias, en algunos casos diagnosticadas, y en otras no; para las cuales no fuimos preparados, y entonces debemos repensar nuestras prácticas áulicas, abandonar nuestros antiguos esquemas mentales; y reflexionar que justamente la educación pública como institución social debe ser inclusiva. Desde lo personal, puedo contar que hace 3 años comparto el aula con Victoria, una alumna sorda, que fue incluida dentro de un grupo de estudiantes oyentes; quienes forman parte del Turno Nocturno, donde hay un alumnado que va desde los 15 años hasta los 60. A diferencia de la capital, en el interior del país no contamos con grupos exclusivos para alumnos sordos, como sí los hay en los Liceos 32 y 35, anteriormente citados. Entonces se nos plantean nuevos desafíos, y también nuevas experiencias, muy gratificantes, por cierto. Cuando en el año 2016 nos comunicaron en la sala docente que una alumna sorda se había inscripto en el curso de primer año, nos preguntamos ¿Cómo íbamos a hacer para enseñarle lo estrictamente disciplinar , así como las habilidades y competencias del curso? ¿Cómo nos íbamos a comunicar con ella, si ninguno entendía la LSU? ¿Qué recursos íbamos a utilizar en nuestras prácticas? ¿Cómo una alumna sorda se iba a integrar en un grupo de estudiantes oyentes? Y con todas esas inquietudes, finalmente llegó Victoria al Liceo. Ahí nos conocimos, ingresó al grupo de primer año con tantas expectativas, que luego de conocerla, supimos que, además de un gran desafío, iba a ser un gran año, cargado de nuevas experiencias, tanto para docentes como para el resto de los estudiantes. Todos los prejuicios que teníamos como docentes, no los tuvieron sus compañeros, sobre todo los más chicos, y en este sentido destaco la importancia de la calidez humana de todos ellos, quienes además la continúan acompañando hasta hoy día, pues se encuentran culminando el Ciclo Básico. Sin todos ellos no hubiera sido posible, colaboradores, abiertos, con muchas ganas de ayudar, y ayudarse. Este sin duda fue un apoyo fundamental en nuestra tarea de enseñanza-aprendizaje. Por otra parte, el hecho de que fuera un grupo pequeño, que no supera los 20 alumnos, también jugó a favor, ya que nos permitió y nos permite un trato personalizado, estableciendo pausas en la clase para enseñarle a Victoria, así como trabajar en forma paralela con ella y el resto de los educandos. La contención y calidez del equipo institucional también colaboró en este sentido. Con respecto a la accesibilidad de los aprendizajes para Victoria, fue necesario repensar mis prácticas docentes, así como los materiales de estudio, ya que la alumna tiene el idioma español como segunda lengua, entonces en un principio, leer textos tradicionales en español era un impedimento para ella. En este punto conté con dos grandes apoyos; por un lado el Centro de Recursos para Estudiantes Sordos del CES; y por otro, con los intérpretes, grandes aliados del proceso enseñanza-aprendizaje. Tal como sostiene la Ley N° 17.378, el Estado “asegurará a todas las personas sordas e hipoacúsicas que lo necesiten el acceso a los servicios de Intérpretes de Lengua de Señas Uruguaya en cualquier instancia en que no puedan quedar dudas de contenido en la comunicación que deba establecerse”.8 Los intérpretes con los que ha contadoVictoria, han sido un apoyo fundamental tanto para ella, como para nosotros. Mónica, Andrea, y este año Andrés, han sido imprescindibles en el proceso educativo, y su continuidad. El desafío en un primer momento fue tener en nuestras aulas, a una persona que no era alumno, pero tampoco docente; y como profesores quizá no estamos acostumbrados a compartir nuestras clases. Entonces ¿cómo íbamos a trabajar? Sin dudas la respuesta era: en forma conjunta. La importancia que adquiere el intérprete es trascendental, ya que, para el alumno sordo, no es solo un traductor; es mucho más que eso, es un compañero. El intérprete acompaña en todo momento el tránsito educativo del alumno sordo, se convierte en un referente, le abre puertas y derriba las barreras comunicacionales que tenía hasta el momento. Y para el docente también es fundamental el rol del intérprete, pues se transforma en un aliado, facilitando la transmisión de conocimientos, competencias y habilidades. En cuanto a los materiales de estudio (escritos) para que fueran comprendidos por Victoria, debían ser traducidos a la lengua de señas, y aquí fue CERESO el otro gran apoyo. CERESO ha creado aulas bilingües9 donde se encuentran materiales de estudio aportados por docentes de todas las asignaturas, siendo estos traducidos a LSU, a los cuales acceden los estudiantes a través de la página web10. En este punto se me presentó un nuevo desafío, ya que además de repensar mis prácticas, tuve que repensar mis materiales de estudio, para que fueran accesibles y comprendidos por Victoria, y para que además pudieran ser traducidos por CERESO. De esta manera se elaboraron y socializaron materiales de estudio de varios temas del curso de Historia de 2° de CBU, al cual puede acceder no solo Victoria, sino todo aquel que lo requiera. En el presente año lectivo, el tercero de Ciclo Básico para Victoria, utilizo los materiales elaborados por una colega, que se encuentran en la página; este aporte ha facilitado los aprendizajes para ella, y la enseñanza para mí. Pero CERESO no solo se remite a aportar materiales de estudio para los alumnos sordos, va mucho más allá de eso, ha sido un referente orientando nuestras prácticas, sensibilizando e informando sobre como trabajar con alumnos sordos durante el proceso de enseñanza, acercándose al Liceo, o mediante videoconferencia cuando lo hemos solicitado, manteniendo un diálogo permanente vía mail o vía telefónica. Lo mismo para Victoria, quien siempre ha contado con el Centro de Recursos como aliado y facilitador de los aprendizajes. Y no solo los materiales de estudio deben ser accesibles para el alumno sordo, la accesibilidad debe estar puesta además en las propuestas educativas, así que tal como afirmaba anteriormente debí salir de mi zona de confort y repensar una y otra vez mis prácticas educativas; ya que Victoria requiere de una adecuación curricular, al igual que el resto de los alumnos sordos. Cada clase es un nuevo desafío, pensar cómo voy a enseñar esto o aquello. Bien, los 3 años consecutivos junto a Victoria se han transformado en una gran ventaja para mí; pues me han permitido conocerla, saber cómo aprende, y cómo acercarme a ella optimizando los aprendizajes. En algunos casos impartiendo la clase “normalmente”, y valiéndome de la tarea del intérprete en la transmisión del conocimiento, en otros casos trabajando en forma paralela, trabajando un tema determinado con ella de una forma y con el resto del grupo de otra. Aquí es fundamental el apoyo y comprensión por parte del resto del alumnado; pues el trabajo con Victoria requiere otros tiempos. Lo mismo sucede con las evaluaciones, con el mismo grado de exigencia y los mismos temas, pero evaluaciones diferenciadas, ya que no podemos evaluar los aprendizajes de un estudiante sordo de la misma manera que un estudiante oyente. En este sentido, se han logrado grandes avances por parte de Victoria quien actualmente estudia, participa y trabaja en forma autónoma, valiéndose de los apoyos antes mencionados, pero demostrando logros cada vez mayores. Entonces me pregunto lo más importante ¿cómo ha impactado la educación media en Victoria? Una Educación Media que estaba relegada para ella, hasta hace tres años, oportunidades laborales que no llegaban, barreras comunicativas y no comunicativas. Sin dudas el impacto ha sido trascendental. Los avances que ha tenido en estos dos años y medio evidencian ese impacto. Docentes, compañeros, intérpretes, profesionales del Centro de Recursos (CERESO); y todos los actores institucionales del Liceo AUIC, han sido el sostén y contención acompañando el tránsito educativo. La educación le aportó autonomía e independencia en su vida, ya que trae consigo una historia de vida durísima, superando muchos obstáculos y prejuicios sociales, sacándola de la situación de exclusión en la que se encontraba. Le brindó seguridad y confianza en sí misma, deseos de continuar el tránsito educativo, siguiendo estudios en el bachillerato de Administración en UTU, el próximo año. Le dió esperanza y deseos de superación; y por sobre todas las cosas le hizo creer que puede lograr todo lo que se proponga y llegar lejos, muy lejos; porque la educación transforma. Esto es lo más gratificante en la tarea de educar; así que más allá de los obstáculos esgrimidos, para mí ha significado una experiencia maravillosa. Finalmente, y pensando en la Educación Pública que queremos debemos reflexionar: ¿Cuando hablamos de más y mejor educación pública de qué hablamos? ¿Cuando hablamos de educación para todos de qué hablamos? ¿Cuando hablamos de educación inclusiva de qué hablamos? La educación inclusiva se centra en la participación plena y efectiva, accesibilidad, asistencia y logros en el aprendizaje de todos los estudiantes, especialmente aquellos quienes, por diferentes razones, están en situación de exclusión o riesgo de marginalización...(artículo 24 de la convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad)11 Entonces hablamos de crear nuevas y mejores oportunidades para todos, creyendo firmemente en el compromiso asumido que implica nuestra tarea de educar, aunando esfuerzos de pares, docentes, intérpretes, funcionarios, y la comunidad toda. Y en ese camino vamos, porque tal como sostiene el poema de Antonio Machado “Caminante, son tus huellas, el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar.” Porque los derechos se conquistan, y porque es nuestra obligación como sociedad hacerlos valer. 1 Protocolo de actuación para la inclusión de personas con discapacidad en los centros educativos. 2017. 2 Ley N° 18.651, art. 1°, publicada D.O. 9 mar/010 - Nº 27932 3 Ley N° 17.378, art. 1°, Publicada D.O. 31 jul/001 4 Ley General de Educación N°18.437, art. 1° 5 Ley General de Educación N°18.437, art. 5° 6 Ley General de Educación N°18.437, art. 18° 7 Ley General de Educación N°18.437, art. 72° 8 Ley N° 17.378, art. 5°, Publicada D.O. 31 jul/001. 9 http://www.cereso.org/materias.html 10 http://www.cereso.org 11 Protocolo de actuación para la inclusión de personas con discapacidad en los centros educativos. Capítulo III. Art. 5. 2017.
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